lunes, 14 de octubre de 2013

¿Dolor&Parto? Psicoprofilaxis

Llevo muy poco tiempo en este mundo tan maravilloso (la mayoría de la veces gracias a Dios) que es la maternidad.
Ayer cenando con una amiga enfermera, me preguntó sobre mi experiencia como residente de matrona. Le contesté con énfasis, como cada vez que alguien me pregunta por ello, y como no,me ofrecí a estar con ella el día que tenga un niño; que yo la prepararía para ese día, y me sorprendió que me dijese que ella tenía muy claro que se pondría la epidural.
Me sorprendió, si, pero rápidamente caí en la cuenta de que yo hace 5 meses diría lo mismo.
Con lo poco que he vivido en el paritorio he visto como chicas estando con los pródromos de parto (momento en el que no es posible acceder a la opción de la epidural) te dicen: " ¿No me podéis hacer la cesárea?", "por favor no me hagáis pasar más dolor", " me puedo poner ya la analgesia epidural"... y en cambio otras (la minoría) te cuentan cómo han vivido su parto con ilusión, felicidad, sin miedos (algunas con epidural tras horas de cansancio acumuladas, otras sin ella, con métodos analgésicos alternativos como la pelota, la ducha o el baño caliente, caminando....e incluso he visto lo que se denomina parto orgásmico!).
Hay dos posturas del comportamiento femenino en el que se centra el proceso del parto: la liberación completa de los dolores del parto o bien, por el contrario, el deseo de vivirlo conscientemente. Ambas tienen sus ventajas e inconvenientes y una y otra no deben excluirse nunca.
Yo antes de ver la cosas desde dentro, cada vez que una amiga o conocida se quedaba embarazada, me ponía en su lugar solo pensando en el momento del parto y sentía temor, miedo. Y es que en la calle parece que hay una lucha para ver quién tiene el peor parto, pareciendo que así  eres mejor, más mujer o tienes más mérito. Esto está llevando a una falsa cultura sobre el parto y a crear sentimientos de temor, miedo o tensión hacia ese momento, que debería ser uno de los más mágicos y felices por ser el acontecimiento en el que tendrás a tu bebé.
Por ello me gustaría hablaros de lo que es la psicoprofilaxis del parto. Este método es el que ampliamente se está tratando en la clases de preparación maternal. Me gustaría que leáis esto para tener la máxima información posible para, llegado el momento, poder elegir como queráis que sea vuestro parto, dentro de las posibilidades que os oferten.
Lo he reproducido parcialmente de un PDF que he encontrando que me parece muy acertado, omitiendo alguna parte que me parece un poco tediosa y sin gran importancia para el tema principal (Link: http://www.bvs.hn/RMH/pdf/1958/pdf/Vol26-3-1958-2.pdf).
"El Método Psicoprofiláctico del Parto sin Dolor (Dr. Elias Farai R.) consiste en una educación racional, física y psíquica de la mujer en las últias semanas del embarazo, que no requiere del empleo de medicamento alguno". En los casos normales, el método puedo ser aplicado en su integridad sin recurrir al uso de fármacos, pero hay otros casos en los que es necesario  recurrir a ellos, por ejemplo: presentaciones fetales occipito posterior (la cara del bebé mira hacia el pubis de la madre, siendo lo habitual que mire hacia el sacro) que se asocian a trabajos de parto mucho más dolorosos y prolongados, u otras situaciones a valorar individualmente.

"En las maternidades donde se práctica exclusivamente el método psicoprofiláctico en la atención de los partos los obstetras han llegado al convencimiento de que es el método de analgesia ideal, ya que no produce ningún efecto nocivo sobre el feto.
Desde los tiempos bíblicos se ha comprobado que la maternidad se acompañaba de dolores. No era más que un hecho comprobado y jamás se trató de explicar de forma racional y científica la causa íntima de dichos sufrimientos. El dolor era admitido y considerado por todos como una manifestación natural, fisiológica e inevitable de la parturición. Por la aparición de los dolores la mujer diferencia las contracciones, del comienzo del parto de las del embarazo. El dolor, en el lenguaje obstétrico corriente, es considerado no solamente como una manifestación del parto, sino también como una evidencia útil, ya que permite a la mujer y también en cierta medida al partero (matrona), reconocer el comienzo del trabajo y seguir su evolución. Este modo de pensar surgió de la casi constancia del carácter dolorosos de la contracción uterina durante el parto. Por esta razón, muchos colegas (otros obstetras o matronas)  se niegan a creer en este método, así como se negaron a creer en la posibilidad de suprimir el dolor antes del advenimiento de la anestesia. Desde hace siglos la humanidad se hace las siguientes preguntas: ¿Por qué el único ser viviente y vivíparo que tiene sus partos con dolor o con una exageración de este es la mujer? ¿Y por qué el único hecho fisiológico doloroso del ser humano es el parto? Muchos científicos han querido dar una contestación satisfactoria a estas preguntas, pero en la práctica han sido Platónov, Velvosky, Plótichek y Choúgom, discípulos de Pavlov, los primeros en abrir un horizonte lógico al explicar el dolor del parto como un reflejo condicionado. No en el sentido de que el reflejo condicionado sea la unica causa del dolor en el parto norma, sino porque ha llegado a ser la clave para investigaciones posteriores, por las cuales ha sido posible avanzar enormemente en este aspecto, permitiendo revisar la fisiología del parto y la fisiopatología del dolor.

NOCIONES GENERALES DE FISIOLOGIA PAVLOVIANA:
Reflejo no condicionado; innato, es la reacción estable a determinado  estímulo a través de las vías nerviosas directas, adquiridas genéticamente por el ser vivo (reflejos de defensa, digestivos como salivación...)
Reflejo condicionado, es la obtención de la misma reacción de un reflejo innato, pero con un estímulo o señal inespecífica. Para si creación es necesario repetir la señal sincrónicamente con el estímulo específico innato un cierto número de veces (por ejemplo: la estimulación salivar de un perro con un sonido o una luz, dándole luego de comer, experimento básico de Pavlov). Para mantener activo un reflejo condicionado es preciso que sea reforzado cada cierto tiempo por la repetición sincrónica con el estímulo innato, pues de lo contrario desaparecería espontáneamente. También  se desacondiciona un reflejo por la creación de uno nuevo mediante una nueva señal.

EL DOLOR DEL PARTO COMO REFLEJO CONDICIONADO
La asociación permanente y repetida de dos palabras: parto-dolor, dolor-parto, crean en la mujer una representación condicionada de estos dos elementos representación que es reforzada constantemente por numerosos hechos:  la maldición bíblica, el concepto de que el premio de los dolores del parto es la felicidad por la presencia del hijo, el convencimiento de que el dolor del parto es algo normal y lo contrario, es antinatural. El empleo por parte de médicos y matronas de la palabra dolor; el recuerdo de partos anteriores; el relato del parto de otras mujeres; todo ello hace que, a penas las contracciones uterinas comienzan la mujer toma conciencia de que está de parto, dichas contracciones despiertan automáticamente el reflejo condicionado del dolor. Comprueban estas afirmaciones los siguientes hechos:
- las mujeres con dilatación avanzada que no sienten dolores hasta que el médico les asegura que están ya de parto.
- la diversidad de caracteres de los dolores de parto de una mujer a otra y de un parto a otro en la misma mujer.

Sin embargo, es indispensable recordar que el reflejo condicionado no es la única causa del dolor del parto normal y que en su aparición actúan otros fenómenos, para cuyo análisis debemos repasar algunos conceptos básicos de fisiología. Para que haya dolores es imprescindible que concurran ciertas circunstancias:
-terminaciones nerviosas libres y específicas
- estímulo suficiente
-umbral de percepción de dolor adecuado

Antes de entrar a analizar si en el parto concurren estas condiciones, recordemos algunas premisas fisiológicas sobre el dolor. Llamamos umbral de percepción del dolor al estímulo mínimo capaz de despertar la sensación dolorosa. Sabemos que este umbral es variable y que ciertos hechos como el cansancio, la emoción, el temor, bajan este umbral a límites extremos (hiperalgesia) y en cambio, la actividad cerebral (ejercicios de meditación...) eleva fuertemente este umbral.
Otra premisa que debe recordarse es la diversidad de los estímulos dolorosos, que pueden ser psíquicos (reflejo condicionado) o físicos (presión, pinchazos, quemadura...).
En el parto se reúnen las circunstancias para producir dolor. En primer lugar, existen terminaciones nerviosas de dolor en los vasos sanguíneos, en el cuello uterino, en la vagina, en el periné y genitales externos. En segundo lugar, existen estímulos que pueden ser suficientes: psíquicos y físicos. Y por último existe umbral de percepción dolorosa adecuado por estar descendido por el temor, angustia, emoción, y cansancio que produce el parto.
Fuera de esto, existe en general una interacción de estas circunstancias que la amplifican, adquiriendo a veces las características de círculo vicioso (temor-tensión-dolor). Veamos lo que ocurre a una mujer de parto: e ella ya ha sido creado de forma suficiente el reflejo condicionado del dolor de la forma descrita anteriormente, es prevenida por el tocólogo durante su embarazo, que su parto se iniciará con dolores, quedando así predispuesta para que muchas de sus contracciones del último mes sean estímulos psíquicos del dolor. Cuando la embarazada llega al hospital en trabajo de parto, hasta el portero (o celador) le pregunta por sus dolores; luego, el médico o matrona, para consolarla le dice que lo que tiene son solo los dolores del comienzo y que le quedan muchos más y más fuertes antes de que nazca su hijo. Todas estas son señales que refuerzan y reacondicionan el reflejo condicionado del dolor.
Sumemos a esto los quejidos de otras mujeres, la vista de paños de sangre, la separación de su marido o familiares, el ambiente desconocido y hostil, la ignorancia de lo que le está pasando y de lo que le va a pasar, la incertidumbre del porvenir de su hijo, las hora largas sin que ella perciba la evolución de los acontecimientos, etc y tendremos los factores de emoción, temor, cansancio suficientes para bajar al máximo el umbral de percepción del dolor. Como respuesta la mujer reacciona con tensión muscular y contracción uterina descargando una mayor presión sobre el cuello; cuando esta presión se exagera, además de reaccionar con dolor, el cuello reacciona con espasmo, y por lo tanto el útero se contrae con mayor fuerza para vencerlo; con lo que se agrega la mayor anoxia (falta de oxígeno) por cierre más hermético de los vasos de la matriz. Se ha conseguido entonces que al reflejo condicionado y al bajo umbral de la percepción dolorosa se sumen el aumento de la intensidad de los estímulos dolorosos.  Cuando a pesar de todo esto el cuello logra dilatarse completamente los estímulos se descargan íntegros sobre el canal blando y el periné, los cuales al igual que el cuello responden con la contracción y el espasmo y se reproduce la cadena dolorosa de la dilatación.

METODO PSICOPROFILÁCTICO
Consiste en la educación de la embarazada enseñándole los procesos del embarazo y el parto, llegando a crear en ella un conjunto de circunstancias que llamaremos "factores positivos" que estarán destinados a contraponerse uno a uno a los "factores negativos".
Debemos empezar por suprimir el reflejo condicionado doloroso:
-Convenciendo a la embarazada que el parto no es, o no puede ser doloroso.
-Creando nuevos reflejos condicionados útiles, que asocien de forma general el parto con las perspectivas felices del nacimiento de un niño que enriquecerá la vida de la mujer, y, en forma más específica creando reflejos  condicionados que vinculen la contracción uterina a acciones prácticas de la mujer que permitan su participación activa en el parto.

También, debemos elevar el umbral de percepción del dolor:
- con eliminación del temor
- con reducción al máximo de los factores emocionales negativos y estimulación de los positivos
-con aumento de la actividad cortical durante la contracción (concentración cerebral creando una zona de freno o bloqueo que impide la acción de los estímulos negativos)
- convirtiendo a la madre en un elemento activo, consciente y colaborador."
...




Rita Miniño González, R1 del Hospital Provincial de Pontevedra.

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