jueves, 27 de marzo de 2014

Vacunas en el embarazo

Ayer asistí por cuarto año consecutivo a la fantástica jornada sobre vacunas para enfermería que tuvo lugar en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. En esta jornada abordaron un nuevo aspecto muy interesante y sobre el que casi nadie en la obstetricia está al día (por lo que yo pude observar en mi corta experiencia como residente de matrona). En general se le tiene miedo a las vacunas en la embarazada por el resultado que pueda tener en el feto, pero nada más lejos de la realidad!!! Por eso con este post, quiero desmontar falsos mitos en cuanto a la vacunación en el embarazo y dar a conocer ciertas recomendaciones avaladas por comités científicos y apoyadas por estudios que demuestran la evidencia.

En el embarazo, sí hay vacunas que están contraindicadas, y son aquellas que están compuestas por virus vivos atenuados, que son las siguientes:
- Víricas: Sarampión, Rubeola, Parotiditis (conocida comúnmente como la Triple Vírica); Varicela, Fiebre Amarilla, Polio oral y gripe (Fluenz®) La de fiebre amarilla sólo se administra si se viaja a zonas endémicas y la polio oral no suele administrarse en nuestro medio, ya que utilizamos la inactivada.
-Bacterianas: BCG (la de la tuberculosis), fiebre tifoidea oral y cólera oral. Estas últimas solo se administran en casos de viaje a zonas endémicas.

Estas vacunas no se deben administrar en el embarazo, sólo en casos excepcionales donde por las circunstancias personales el riesgo de la no vacunación sea superior que el de la vacunación.

Pero aún sabiendo esto, y la mayoría de los sanitarios lo saben, se tiene cierto recelo a la recomendación de la vacunación a la embarazada en general, y no digamos en el primer trimestre, que es lo que pasa con la vacuna de la gripe.

La gripe en el embarazo es responsable de una importante morbimortalidad.  Existen  estudios que sugieren que la gripe en el embarazo es más grave que fuera de él, particularmente en el tercer trimestre, y mucho más si la embarazada presenta alguna patología como por ejemplo asma, diabetes u obesidad. De hecho, la pandemia del 2009 evidenció que la embarazada fue un grupo de riesgo para complicaciones de la gripe, incluyendo la mortalidad.

En cuanto a los efectos adversos de la infección materna por el virus gripal son, no tanto infecciones del feto, como complicaciones funcionales relacionadas con parto prematuro, niños de bajo peso, menor desarrollo según edad gestacional, muerte o parto abdominal urgente (cesárea). De hecho la transmisión trasplacentaria del virus gripal es rara, por lo que el riesgo de infección materna para el feto es bajo, aunque podría darse esa situación. Por otra parte, los niños menores de 6 meses  ( a quien no debe administrarse la vacuna antigripal) que adquieren la infección por el virus gripal, son los que tienen mayor tasas de hospitalización y mortalidad de todos los niños infectados. Esto es así por su mayor vulnerabilidad a la infección gripal en comparación con los de más edad.

Los datos disponibles sugieren que la vacuna es efectiva tanto para la madre como para el feto y el recién nacido.  Desde el punto de vista de la seguridad no se ha observado ningún efecto adverso de la vacuna ni en madres, embarazo, ni en el parto ni en los recién nacidos.
La vacunación antigripal de la embarazada aparece recogida como recomendación en la totalidad de las guías institucionales mediante la administración de la vacuna inactiva, aquí las más conocidas: Fluarix®, Vacunan antigripal Pasteur® o Intanza®.

De hecho la OMS recomienda la vacunación antigripal de la embarazada sistemática durante la campaña antigripal desde el 2005.

Los pilares sobre los que se basan las recomendaciones son:

1.       La evidencia de un riesgo importante de enfermedad grave en caso de que la gestante contraiga la gripe.
2.       La evidencia de que la vacuna frente a la gripe es efectiva en la prevención de la enfermedad grave en la embarazada.
3.       La evidencia basada en la protección secundaria de los recién nacidos hasta los 6 meses, en quienes la carga de enfermedad es también elevada.


La evidencia de que el neonato se beneficia de la vacunación de la madre durante la gestación es lo que está dando lugar a los estudios sobre de la vacunación para la tos ferina.

La "Estrategia del nido" frente a la tos ferina,  se basa en vacunar a las personas que conviven con el bebé (mediante la administración de dTpa: difteria, Tétatos, tos ferina) para protegerlo de la enfermedad, pero ciertos estudios recientes han demostrado su baja efectividad y su elevado coste. Por ello se ha planteado e incluso recomendado la vacunación de la embarazada entre la semana 28 y 32 de la gestación para la protección del  bebé los primeros meses de vida, pero aún es necesario más estudios sobre ello. Pero falta estudios que arroge evidencia sobre ello.

El portal sanitario Fisterra dice lo siguiente:

No existe evidencia de riesgo para el feto por la administración a la madre de vacunas de virus o bacterias inactivadas o toxoides.
 es preferible siempre completar las pautas de vacunación con Td antes del embarazo, sin embargo, las mujeres embarazadas que no están vacunadas o están parcialmente vacunadas contra el tétanos deben completar la serie primaria. Además, una dosis de recuerdo, cuando está indicada, garantiza una inmunidad adecuada contra el tétanos en la madre y previene la enfermedad en la madre y en el bebé.

La administración de la vacuna dTpa en el tercer trimestre del embarazo es una alternativa a la vacunación post-parto en el caso de que no se haya recibido 1 dosis de esta vacuna en los últimos 5 años y cuando el riesgo de tosferina es alto para la madre o el bebé (por ejemplo cuando la mujer embarazada está en contacto con niños pequeños). La vacunación en el tercer trimestre de embarazo proporciona una protección más rápida en la madre y en el niño recién nacido frente a la tosferina que la vacunación post-parto.

Por ello, lo mejor es que la mujer que desee quedarse embarazada haga una visita a la matrona preconcepcional, para que además de todos los consejos higiénico- dietéticos, con la suplementación de yodo y ácido fólico, realización de citología si procede, se le haga una entrevista para ver el estado de vacunación e incluso serologías para poder completar pautas vacunales  importantes antes el embarazo como sería el caso de la rubeola.

En caso de vacunaciones con vacunas de virus atenuados se pospondría el embarazo mínimo 4 semanas, siendo para la rubeola el tiempo recomendado 3 meses, que es el mismo que se recomienda par a la suplementación completa  con ácido fólico para la prevención de defectos del tubo neural.

Al igual que en caso de planificación de un embarazo, se recomienda la visita a la enfermera o a la matrona si estás embarazada en caso de planificar un viaje, para ver si es adecuado o no y si es necesario inmunizar.

Con todo esto, y plasmando aquí lo que se dijo ayer en la jornada, se está avanzando para poder crear un calendario vacunal de la mujer.

La responsabilidad de la salud de la embarazada y de su hijo, así como del resto de pacientes, no es sólo de ellos, sino muy especialmente de nosotros los sanitarios, que deberíamos protegerlos protegiéndonos antes a nosotros. En todo centro sanitario sí que es necesaria llevar a cabo la estrategia del nido, sino lo haces por ti, hazlo por ellos.





http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24444703



http://www.vactodate.es/gripe-vacunacion-antigripal-embarazo

http://www.fisterra.com/vactodate/ficha.asp?idFicha=468

http://vacunasaep.org/sites/vacunasaep.org/files/jcav-aep2013-51.pdf





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